viernes, 31 de enero de 2014

Solo el amor transformará en milagro el barro




En la profundidad de nuestra alma es donde reside la luz. En cualquier alma humana existe esta luz y es nuestra hermana. Desde nuestra luz emerge la sabiduría, el entendimiento, la paz, el amor y la creación de todo aquello que podemos realizar, de aquello que podemos crear y que transforma el mundo devolviendo esta alma humana a la tierra, para convertir nuestro planeta en un espacio de solidaridad y de creación de soluciones, de cuidado por la tierra, por el agua, por el aire y todas sus formas de vida, submarinas y terrestres, plantas y animales, seres humanos de aquí y de mas allá. El planeta continua siendo abundante en riquezas, incluso allá donde pueda existir pobreza.

Para acabar con el hambre en el mundo es necesario entonces que la luz de nuestro interior se haga presente, alumbrando nuestro propio sendero de creación, nuestro camino de maestro alfarero capaz de dar vida y belleza a formas de barro aun no concluidas, que debemos dar a luz desde nuestro amor profundo, sin importar realmente cual sea la obra en cuestión ni nuestro oficio o profesión.

Si somos profesores de una escuela, solo el amor hará nuestro trabajo imperecedero en las almas de nuestros alumnos, si somos personal dedicado a la salud pública, solo el amor devolverá la belleza a nuestra labor de atención de los pacientes, si nos dedicamos a la limpieza de recintos públicos, solo el amor y la alegría por el trabajo bien realizado, que no espera nada a cambio, permitirá regresar a nuestros hogares con la alegría de vivir, de estar vivos construyendo el mejor mundo posible desde la fuerza del amor, desde nuestra luz, esa fuente inagotable y única capaz de transformar el mundo y de acabar con sus flagelos, como la muerte por falta de alimentos.

Si queremos cambiar el mundo, debemos cambiar nosotros, solamente así ocurrirán los milagros, gracias a la fuerza de nuestro amor y felicidad de vivir en coherencia con nosotros mismos. No hay nada que temer, nada. Si nos atrevemos a vivir desde la luz de nuestro amor, el sol continuará iluminando la tierra y, eso sí, nuestra vida y la de los demás habitantes del planeta seguramente serán un poco mejor, un poco más alegre y un poco más digna, porque nosotros mismos estaremos viviendo en la dignidad y la coherencia como hijos e hijas de una luz que ama y que jamás dejaría morir a un ser humano de hambre, porque no habrá cielo ni tierra que no seamos capaces de remover para que este flagelo deje de ocurrir por fin en nuestro planeta.

Solo el amor transformará en milagro el barro que se encuentre en nuestras manos para ser moldeado. Adelante entonces desde nuestro ser profundo.



Posted on viernes, enero 31, 2014 by Roberto Salinas Yasuda

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sábado, 26 de octubre de 2013

La nueva conciencia...

¿Por qué existe realmente el hambre en el mundo?

¿Por qué se produce esta muerte lenta y silenciosa en nuestra casa, en nuestro planeta, sin que nadie diga o haga algo realmente significativo y eficaz para acabar con esta realidad?

Tal vez simplemente porque no afecta a nuestras conciencias. De este modo, podemos continuar trabajando, enviar a nuestros hijos al colegio, traer la compra del supermercado, preocuparnos de nuestras mascotas, de nuestras plantas  y, sin duda, todo ello estará bien y sera un momento feliz y de agrado, aunque nada habrá cambiado sobre el hambre en el mundo.

Para acabar con el hambre en el mundo es necesario un cambio de conciencia planetaria, nada más -y nada menos-. Sino, seguirán muriendo año tas año niños inocentes, niñas sumidas en la desesperanza, mayores que lamentarán este tránsito final, por la falta de amor en este mundo.

Usted y yo construimos este planeta y su realidad día tras día, y si nuestra conciencia se complace más bien con una mirada interior hacia nosotros y nuestro bienestar, olvidando por completo las necesidades de otras personas en nuestro planeta, quiere decir que debemos evolucionar hacia una nueva conciencia que se dirija en la dirección del amor, ese que hace que amemos a nuestros semejantes aunque no sepamos nada de ellos, confiados en la esencia de luz que reside en cada ser de nuestro planeta.

Para acabar con el hambre en el mundo es necesario caminar hacia la conciencia del amor. Quiero decir, al gesto cotidiano de mirar a la otra persona y reconocer en ella a un ser humano completamente semejante, a pesar de las diferencias de color en la piel o de la lengua en que se hable. Para acabar con el hambre en el mundo es necesario ser amables con nuestros semejantes y que ese amor sea el precursor del cambio hacia una nueva conciencia, en donde sí nos importe que alguien esté padeciendo hambre en el mundo y sí, sinceramente -bien seamos un Gobierno, una ONG o una determinada población-, actuemos desde el amor y la fraternidad para que realmente se mejoren las condiciones y oportunidades de vida de las personas afectadas.

Nada es imposible. Solo debemos cambiar nuestra conciencia. Ser conscientes que lo que está ocurriendo nosotros también lo estamos permitiendo, porque nuestra conciencia no se opone.

Como seguramente no podemos llegar allá lejos, donde las personas que nos necesitan, entonces debemos comenzar por lo más próximo, el desconocido de cualquier parte, tan semejante a usted y a mi en el fondo, que merece, al igual que usted, ser bien tratado.







Posted on sábado, octubre 26, 2013 by Roberto Salinas Yasuda

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domingo, 18 de noviembre de 2012

Luchar cada día contra lo imposible

Antes fue una enfermedad temible y terrible, antes fue el fin de las guerras en Europa, antes fue el fin del feudalismo (al menos el original), antes fue eliminar el trabajar de sol a sol sin descansos, antes fue que las mujeres no tuviesen derecho a voto, antes fue...

Podrían ser enumerados los avances de nuestra humanidad uno por uno para darnos cuenta que nada es estanco y, en realidad, todo resuella bajo un murmuro de continua transformación, una constante evolución que señala, a todas luces, que la humanidad no cesa de avanzar, de moverse y de evolucionar.

Acabar con el hambre en el mundo no es una utopía, es un hecho ya, ahora, constatable, pero por el que debemos luchar día tras día. Nuestra victoria será la victoria sobre todas las injusticias. Nuestra victoria será la victoria de quienes pudimos vencer la muerte y amar la vida.

¿Por qué es tan importante la vida? Porque la deslumbrante maravilla que llamamos tierra, que en realidad está cubierta de agua, no se merece un trato de desprecio hacia aquello engendrado por las estrellas. La vida es importante porque lucha y vence por salir adelante, porque la vida somos nosotros y cuando alguien de nosotros muere es una pérdida para nuestra vida como especie, más allá del hecho constatable y palpable del estar aquí, ya que realmente los alcances de la fuerza, de la energía que mueve la fuerza de la vida, seguramente, están más allá de nuestra visión.

Quizás allá en el futuro, cercano o lejano, podamos construir entre todos los que amamos la vida y nuestra tierra, una casa mejor, un planeta tierra en que fue posible acabar con el hambre en todas sus poblaciones.

Este planeta que gira en el espacio es único, debemos cuidarlo, sanarlo entre todos, comenzando por sanar nuestras almas y vencer, caminar hacia la amabilidad, hacia la bondad, que no nos hace débiles, sino que nos da la fortaleza de creer que entre todos y todas es posible encontrar los medios para todo lo hermoso que podamos crear y creer.

Nada es imposible, si usted y yo seguimos luchando.

Posted on domingo, noviembre 18, 2012 by Roberto Salinas Yasuda

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sábado, 4 de febrero de 2012

Mientras prevalezca el capitalismo, no acabará el hambre en el mundo

La verdad -cualquier verdad- es provisional como la vida misma.
Francesc Miralles

"Nadie llegará muy lejos a menos que no haga lo imposible como mínimo una vez al día"
Elbert Hubbard

La penetración del capitalismo en las sociedades actuales es de tal magnitud, que a las personas nos puede resultar casi imposible vislumbrar otros escenarios.

A pesar de que el capitalismo muestra su rostro de deshumanización y falsedad en todo momento, desmoronándose como trozos gigantescos de un sistema arcaico que daña a la gente, no deja de ejercer su poder relegándonos a un peligroso y permanente statu quo.

Para nadie es un secreto que el libre mercado no existe, que los ricos nos hacen cada vez más pobres o que las políticas del Banco Mundial y del FMI han dado resultados francamente desastrosos (Ha-Joon Chang, “Lo que no te cuentan del capitalismo”).

El abismo que comenzó a gestarse en los años 80, con la dupla Thatcher-Reagan, fue bautizado como “desregulación”, lo que alcanzó su total apogeo, desregulado y libre de todo control, el año 2008 con el estallido del peor escenario económico y financiero de los últimos 60 años, siendo los gobiernos los responsables de conducirnos a este punto, generando con la desregulación desigualdades cada vez mayores y crisis de las que los gobiernos no tienen idea cómo salir, pues continúan aferrados a la misma “tabla de salvación” que no hace más que hundirse y de paso hundirnos a todos hacia un abismo que no parece tener fin.

La desregulación, unida a las tecnologías informáticas, permite hoy en día a los inversores mover grandes cantidades de capital en fracciones de segundo, lo que aumenta su capacidad para hacer dinero, pero que tiene como contraparte un efecto muy desestabilizador sobre las economías locales. Entonces, existe un mundo financiero y un mundo real que no tienen vías de comunicación, donde da lo mismo invertir en alimentos básicos, como el trigo o el maíz, hacer aumentar el precio de estos alimentos básicos y luego venderlos con beneficios millonarios en dos o tres meses, sin importar las consecuencias humanas sobre la alimentación de millones de personas o para la salud de las personas, o sus impactos medio-ambientales sobre la tierra, el agua o la vida silvestre. En dos o tres meses el dinero simplemente consiguió ganar más dinero, el “sistema” fue “eficiente”, sin importar qué o a quienes arrasó a su paso.

La desregulación comenzada en los años 80 ha permitido que los inversores se transformen en auténticos monstruos al servicio de más y más ganancias (por cierto ¿cuánto es suficiente para los inversores?), alejados de toda humanidad y de toda realidad, como si de otro planeta se tratara, generando desequilibrios a escalas globales que debemos atajar nosotros, cada uno de nosotros, cuanto antes.

Avisos alarmantes como el cambio climático, el derretimiento de los polos, la sobre explotación del petróleo, la sobre explotación de los bosques, la contaminación de los océanos, la contaminación de las aguas que bebemos, la acumulación de alimentos en una parte del planeta y la muerte de seres humanos en otras partes porque no tienen nada que comer, los problemas de obesidad en un extremo del mundo y los problemas de niños famélicos  en otro tercio, son temas que nos incumben a todos y cada uno de los seres que habitamos este planeta y que debemos responder por su equilibrio y por la buena salud con que debe ser entregado en herencia a las generaciones futuras.

Gracias al capitalismo la humanidad vive un momento terrible, donde todo vale para hacer dinero, caminando sobre una cuerda floja suspendida en recursos naturales que día a día desaparecen. Por supuesto y claramente, no todo vale para hacer dinero. Además, si llegamos a tropezar en medio del frágil equilibrio en que nos encontramos, si la balanza que debemos mantener de manera ponderada en nuestro planeta, para que exista la vida, pierde su eje, corremos el riesgo cierto de acabar con todo lo que conocemos. Simplemente, la vida que conocemos puede desaparecer. Quien no sea capaz de ver esta interconexión, no habrá podido apreciar el comienzo del fin.

Cada uno de nosotros es responsable de que el actual desequilibrio del planeta, económico y ecológico, no se transforme en el ataúd que espera nuestro arribo como especie, supuestamente, inteligente y previsora. Cada uno de nosotros es responsable de poner fin a este capitalismo desregulado y ciego, centrándonos más bien en un desarrollo a escala humana, a escala planetaria y con decidida conciencia ecológica.

El capitalismo es contagioso y también nos deshumaniza, de una manera aun más grave y más profunda de lo evidente quizás para nosotros mismos, dando inicio a un camino aun más incierto en el alma de la propia humanidad y que podemos apreciar, de forma concreta, cuando dejamos morir de hambre en el mundo a niños, niñas, mujeres, hombres y ancianos, sin que al parecer esta situación dramática y terrible afecte realmente nuestras conciencias.

En un grupo humano más reducido creo que difícilmente dejaríamos a alguien que muriese de hambre, contemplando nosotros esta situación frente a frente sin hacer nada.

Para acabar con el hambre en el mundo es necesario acabar con el capitalismo y las desregulaciones que de manera insensata dejan desprotegida a la humanidad y al planeta. Para acabar con el hambre en el mundo es necesario, también, que exista menos gasto en un solo sitio de la balanza y que comencemos a poner algo más en el otro extremo de la báscula, o la vida de cientos de miles de personas, que hoy siguen muriendo de hambre, será condenada sin remedio, porque nosotros aun no hemos sido capaces de romper con el capitalismo y su poder deshumanizador.


Posted on sábado, febrero 04, 2012 by Roberto Salinas Yasuda

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miércoles, 6 de abril de 2011

La humanidad y el planeta no puede estar en manos de quienes desprecian la vida, cualquier vida.
"Crear es resistir
Resistir es crear"
Stéphen Hessel

Todos y todas podemos aportar en esta lucha, todos y todas podemos mejorar un poco más cada día.

Para acabar con el hambre en el mundo es necesario acabar con la hipocresía y las constantes mentira
s sostenidas por los poderes de facto que buscan el lucro a cualquier precio, sin importar si el beneficio se realiza a costa de vidas humanas o de la extinción de especies, de la contaminación del aire o del agua, de este medio ambiente que co
mpartimos y que entregaremos en herencia. No podemos dejar a la humanidad y al planeta en manos de quienes desprecian la vida, cualquier vida.


Pero ¿estos poderes de facto actúan solos o actúan bajo la connivencia de personas de lo más comunes y corrientes, como usted y como yo? (aunque en realidad no creo en seres humanos comunes y corrientes sino en seres humanos extraordinarios, aunque muchas veces inconscientes de su propio valor y capacidad). Por ejemplo, la explotación laboral de inmigrantes: piense usted en cualquier país de Asia, Europa, Oceanía o América que reciba flujos migratorios de seres humanos: ¿cree usted que se respetan cabalmente los derechos humanos y laborales de las personas inmigradas? Los informes de organizaciones de derechos humanos e incluso la propia Comisión Europea nos señalan -desalentadoramente- que existe un "escandaloso" nivel de discriminación en Europa, especialmente cuando se intenta encontrar un empleo.

La línea base que nosotros mismos hemos trazado como especie la hemos denominado "Derechos Humanos Universales", que deben ser la línea divisoria entre aquello que debemos y aquello que no debemos aceptar jamás (el derecho al trabajo se encuentra recogido en el artículo 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos).

Para acabar con el hambre en el mundo es necesario acabar con la hipocresía y la mentira, en primer lugar, de nosotros mismos, y no solamente acabar con la hipocresía y la mentira de corporaciones gigantescas que jamás llegamos a conocer del todo, que sí existen y que sí están realizando una función perniciosa, haciéndose necesarios varios planetas tierra simplemente para satisfacer el apetito voraz de sociedades, de personas -como usted y como yo- acostumbradas al despilfarro de materiales, de energía, de naturaleza, sin tomar en consideración los costes humanos y medioambientales de tan caprichoso modo de vida.

Continuamos buscando allá afuera de nosotros, en el consumo, aquello que nos podría conducir hacia la felicidad y el bienestar, sin darnos cuenta que quizás la búsqueda del desarrollo de nosotros mismos como seres humanos, el atrevernos a vivir nuestra "historia personal" -como Paulo Coelho nos invita a probar- podría ser realmente la única llave capaz de abrir la puerta a un mundo de cambios, partiendo por nosotros, con algo tan sencillo como el cambio de nuestra forma de consumir y de cuidar el planeta. Este sencillo cambio haría temblar a la más poderosa de las corporaciones que actúe en las sombras.

Para acabar con el hambre en el mundo es necesario que exista una mayor humildad en sociedades y personas que hasta hoy han sido arrogantes y derrochadoras. También es necesario que en estas sociedades que engordan y sufren depresión se alcance una condición sin equanon y quizás una primera verdad: mi vida no es más importante que la de otra persona. No soy el centro del universo y hay más vida, mucha vida también más allá de mi mismo, que debe ser cuidada y atendida. Algo que podríamos internalizar asimismo en nuestra forma de vivir y sentir la democracia.

El ver la vida más allá de mi propio ser puede ser el camino para comenzar un destino común, con la firmeza de lograr un acuerdo mínimo para que en el mundo, nunca más, un ser humano padezca de hambre. Simplemente porque es inaceptable y quienes queremos construir un mundo mejor y más amable -estoy seguro es la mayoría de las personas que habitamos este planeta- no podemos aceptar jamás: la muerte por hambre de un ser humano en nuestro planeta y la desaparición de especies, debido a la perpetuación de la avaricia, de la arrogancia y el despilfarro.

Todos y todas podemos contribuir en este cambio, quizás podríamos comenzar por probar con nosotros mismos.

Posted on miércoles, abril 06, 2011 by Roberto Salinas Yasuda

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sábado, 23 de octubre de 2010

La Democracia ¿Realmente Goza de Buena Salud?

La democracia, así como la libertad, nunca es regalada, se conquista y es necesario luchar por ella.

Si un político me dice que todo marcha bien y que estamos caminando por una senda de progreso, bienestar y democracia, rápidamente volteo a ver si aun está mi billetera en mi bolsillo.

Wikileaks desveló esta semana que EE UU permitió torturas sistemáticas en Irak, con “la filtración de casi 400.000 documentos”, lo que “ofrece por primera vez una cifra oficial de víctimas: 109.000 muertos entre 2003 y 2009, un 63% de ellos, civiles”, afirma el periódico El País de España en su titular del sábado 23 de octubre de 2010. Además, agrega, “la cúpula militar estadounidense dejó sin investigar cientos de informes que denunciaban abusos”. Extensos reportajes salieron este mismo día en los dos periódicos más leídos en habla inglesa: The New York Times y The Guardian. También en el francés Le Monde.

¿Cuándo pensaban entregar esta información a la sociedad civil los políticos de turno? Supuestamente, en una democracia debiésemos estar todos muy bien informados para tomar decisiones, pero ¿realmente a las mayores democracias de occidente les interesa que sus ciudadanos estén bien informados, o sólo les interesa brindar una información parcial y a la justa conveniencia del momento? Las respuestas parecen ser obvias, por lo que estas preguntas no buscan más que reflexionar acerca de cuánta información se nos oculta y de lo poco que realmente llegamos a conocer. Por ello afirmo que la democracia no está ganada y, al igual que la libertad, resulta necesario luchar por ella, ya que nadie nos la regalará, aunque sí nos la intentarán disfrazar de las más diversas maneras imaginables. Incluso nos invitarán a votar -como para que todo luzca aceptable- sin que nadie, al parecer, haya reparado en que solamente la mitad o menos de la mitad de la población de Europa acude a las urnas.

¿El hambre en el mundo se origina solamente por ineficiencias o falta de inversión? ¿Cuál es el objetivo principal de las mayores democracias del mundo? ¿Acabar con el hambre, mejorar la salud, aumentar y mejorar la educación? Entonces acudo al análisis empresarial, como el de cualquier empresa, para ver qué es lo que más venden las mayores potencias económicas del planeta. La mayor industria del mundo, lamentablemente, no es la automovilística, sino la armamentista. Así, este mismo 23 de octubre, en otro titular del mismo periódico The Guardian, se indica que los Estados Unidos, a través de su Secretaria de Estado, Hillary Clinton, ofrece un acuerdo de venta de armas a Pakistán por 2 mil millones de dólares para “luchar contra los talibanes y Al-Qaeda”.

Sí, los talibanes y Al-Qaeda son un problema de difícil aproximación, pero, francamente, qué pasaría si se consiguiese la paz en Pakistan, Afganistan y en Oriente Medio. En fin, si se acabasen las guerras de mayor envergadura ¿Estarían dispuestas las mayores potencias del planeta a dejar uno de sus negocios más lucrativos? Por otra parte ¿es conveniente realmente encontrar a Osama bin Laden o es mejor que siga permaneciendo como un enemigo oculto a quién combatir? Por cierto, un Osama que en algún momento fue entrenado y financiado por la CIA (al menos hasta donde sabemos).

Este blog nació con la intención de contribuir con ideas para acabar con el hambre en el mundo, pero una y otra vez me vuelvo a dar de bruces con la misma problemática: el negocio de la venta de armas, sumado a la extrema debilidad de la democracia en la que nos encontramos, me han parecido escollos francamente relevantes que dificultan acabar con el hambre en el mundo.

¿Por qué la llamada “mayor democracia del mundo”, los Estados Unidos de Norteamérica, tiene tan estrechos lazos con Arabia Saudí, dónde la democracia es, nunca mejor dicho, casi un espejismo? ¿Qué pasaría si en Oriente Medio hubiese democracias soberanas? Recordemos que “gracias” a la guerra en Irak han podido retornar cerca de 40 empresas ligadas al petróleo, con las Norteamericanas e Inglesas logrando contratos de gran envergadura. Vale decir, guerra, venta de armas y petróleo. Todo perfectamente recubierto bajo una piel de “democracia”, con sus correspondientes parlamentos y ciudadanos que supuestamente están bien informados y que deciden como pueblos soberanos (¿en tan "madura" democracia serían impensables títeres y titiriteros, no?).


Para acabar con el hambre en el mundo, no deben ser tomados a la ligera temas como la guerra, la venta de armas y la debilidad de la democracia, muy por el contrario, estos son temas cruciales que se encuentran en el origen del hambre y la escasez también. Así las cosas, hay negocios muchísimo más lucrativos que acabar con el hambre en el mundo y eso, tristemente, lo constatamos cada día con la muerte de miles de personas por falta de alimentos, una bofetada cruel de desprecio por la vida que no deja de golpearnos.

A continuación. Un vídeo de regalo.

Posted on sábado, octubre 23, 2010 by Roberto Salinas Yasuda

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domingo, 27 de diciembre de 2009

La pregunta que me deja el año 2009 y el fin de una década: ¿Cuánto es suficiente?

Parece ser la pregunta que nunca nadie se formuló antes del crecimiento desmesurado de la burbuja inmobiliaria, ni durante y, menos aun, después del desplome financiero y económico.



Terminal de automóviles puerto de Rotterdam, 13 de febrero de 2009, miles de vehículos nuevos esperan comprador (Periódico El País, España).
A pesar de que los efectos inmediatos de la actual crisis son profusamente abordados por los medios de prensa más visitados, leídos o escuchados, como el desempleo voraz o la falta de crédito para impulsar nuevas actividades económicas, que suman en una profunda crisis el panorama de España, son pocas las publicaciones o editoriales o personas, en definitiva, que al parecer han reflexionado acerca de las raíces mucho más profundas y poco analizadas de esta situación en la que nos encontramos.


¿Cuánto es suficiente? Parece ser la pregunta que nunca nadie se formuló antes del crecimiento desmesurado de la burbuja inmobiliaria, ni durante y, menos aun, después del desplome financiero y económico ¿Hasta cuánto realmente se podía crecer, crecer y crecer…? Una reflexión no menor si se considera que la palabra crecimiento es la única presente en cualquier discurso de cualquier partido político o de la Casa Real española, como fórmula “mágica” para salir de la situación actual. ¿Por qué en Europa se producen más vehículos de los que realmente se consumen o son necesarios? ¿Cuántos planetas tierra serían necesarios para mantener un nivel de producción como el de esta década? ¿Cuánto es suficiente?

Esta pregunta no es nueva y ya en los años ’80 mi compatriota de origen Sueco Manfred Max Neef, ganador del llamado “Premio Nobel Alternativo”, los Right Livelihood Award, en 1983, por su postulado de “Desarrollo a Escala Humana” que centralmente apunta a que el Desarrollo debe referirse a las personas y no a los objetos, ya se la había formulado. En este sentido, en el ámbito del desarrollo a escala humana, podríamos realizarnos una pregunta en apariencia pueril: ¿cuánto debe crecer una persona?

Algo que resulta tan fácil de visualizar en un ser humano, como es la imposibilidad de un crecimiento permanente en el tiempo, siendo totalmente inorgánico e insostenible, sin embargo, no se traslada a las esferas de quienes dirigen los destinos económicos del planeta, prevaleciendo en el discurso que el crecimiento será la única vía para salir de la situación de crisis actual. Me parece que algo más de reflexión debe existir ante una situación de parón económico como el actual, ya que difícilmente, creo, las mismas fórmulas que nos están conduciendo hasta el abismo, serán las que nos salven como especie humana.

Me parece relevante plantearse de verdad temas centrales como cuánto es lo realmente deseable de crecer, o en qué áreas se puede crecer y cómo, sin afectar con ello la sostenibilidad de los ecosistemas o generar guerras por el coltán como en el Congo. Claramente, la felicidad profunda del ser humano no se encuentra en el consumo desmedido, ni en llenar nuestras barrigas hasta reventar y aumentar los problemas de salud pública por obesidad.

El hambre en el mundo puede desaparecer, sólo es necesario mirar a nuestro alrededor y actuar en consecuencia, con real aprecio por el otro, el que es diferente. Curiosamente, estimo que el necesario cambio de conciencia o de paradigma que debe producirse, para una vida en equilibrio de la especie humana con su medio y sus semejantes, también nos puede conllevar a un mayor estado de felicidad, de plenitud y de paz con nosotros mismos.

Posted on domingo, diciembre 27, 2009 by Roberto Salinas Yasuda

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martes, 8 de diciembre de 2009

La Doble Moral de Occidente


Los mismos países que mandan ayuda a los saharauis perpetúan su drama por intereses económicos”, señala una reciente publicación del Frente Polisario en su página web. Pero ¿es esto posible? No sólo es posible, ya que la ayuda internacional puede contribuir de manera franca a que una situación nunca cambie, como la ayuda enviada por el Gobierno Español al pueblo saharaui, que en realidad, lo único que hace es perpetuar la situación de vida precaria en los campos de refugiados, ya por más de 30 años, en vez de buscar una solución real al conflicto saharaui. Los intereses económicos de España en Marruecos son cada vez más ingentes, con una creciente cantidad de empresas españolas intentando llevar a cabo proyectos en Marruecos, que ante la situación de crisis económica como la que vive España, podría llegar a ser vista casi como una oportunidad de salvación, pero ¿cuál es el precio? El pueblo saharaui vive en sus carnes, día tras día, la política exterior del Gobierno Español. Entonces, el supuesto de mejor mantener la ayuda internacional, para que nada cambie, pareciera no resultar del todo descabellado.


Otro ejemplo similar, esta vez con respecto a Latinoamérica, ha expuesto Anastasia O’Grady (editora de la columna de las Américas del Wall Street Journal), al señalar que “La ayuda externa mantiene a Latinoamérica en la pobreza”. Esta afirmación apunta a que en realidad lo que se está propiciando es la perpetuación de un statu quo, como si en realidad no se quisiera que esta zona emergiera y surgiera, como lo está haciendo China, India o Brasil.

Pareciera ser una opción no del todo descabellada para algunos Gobiernos, enviar un tipo de ayuda escasa, paliativa y del todo marginal que, en realidad, no se traduce en un desarrollo efectivo, quizás como una forma de evitar
economías emergentes que pudiesen poner en riesgo la posición actual de poder económico y dominio en las transacciones comerciales, sin importar, en absoluto, la pérdida de vidas de millones de seres humanos cada año por esta perpetuación. Vuelvo a las palabras de Jean Ziegler: "quien muere de hambre es víctima de un asesinato".

La Unión Europea no es ajena a este tipo de actuación y así, por una parte, mantiene las férreas restricciones de mercado que impone a través de su Política Agrícola Común, impidiendo el ingreso de alimentos provenientes de países empobrecidos (ricos en recursos naturales) y que podrían significar un real despegue de economías frágiles. A cambio, ofrece un conjunto de ayudas paliativas a través de la Comisión Europea y sus programas de cooperación al desarrollo, que en nada resuelven los problemas de pobreza y de hambre en el mundo. El documental “La poderosa agricultura europea” da cuenta con creces de esta situación, de este doble discurso, de esta doble moral.



¿Por qué existe el hambre en el mundo? La respuesta sigue siendo extremadamente cruel, inhumana, escalofriante y simple: porque así se ha querido y porque así lo hemos permitido.

Posted on martes, diciembre 08, 2009 by Roberto Salinas Yasuda

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jueves, 3 de diciembre de 2009

La Organización del Hambre en el mundo

Para entender un poco mejor la organización del hambre en el mundo, quizás sea importante primero plantearse ciertas cuestiones. Por ejemplo ¿quiénes son los que realmente gobiernan el mundo, cómo lo hacen, cuál es su finalidad?


Para comenzar a entender las reales intenciones de las “misteriosas” y “ocultas” entidades que mueven al mundo y, como se verá, con intereses que seguramente son muy distantes a los de acabar con el hambre en el mundo, me parece sumamente ilustrativa la pirámide invertida con la estructura presupuestaria mundial que se encuentra en la sede de la ONU.

Cito textualmente a Ziegler: “
En una inmensa pared blanca que se encuentra sobre la galería de visitantes, a la entrada de la sala del Consejo de Seguridad, en la primera planta del rascacielos de la ONU en Nueva York hay un gráfico. Una pirámide invertida muestra, en sus dos tercios superiores el gasto militar mundial en un año y en su tercio inferior el coste anual de los principales programas sociales, medioambientales y de desarrollo de la ONU. El gráfico corresponde a los datos del 1 de enero de 2000. Desde entonces, las cifras han cambiado, pero la estructura presupuestaria mundial es la misma”. Los datos a los que hace referencia Ziegler son los siguientes:













Más claramente:








El gasto militar en un año representa el 76,4% de la estructura presupuestaria mundial, mientras que todo lo demás, insisto, absolutamente para todo lo demás, se destina sólo un 23,6% del presupuesto mundial.


Con esta estructura de presupuesto ¿francamente cree usted que se lucha por reducir el problema del hambre en el mundo? Más aun ¿se busca reducir la muerte en el planeta? Y además ¿quiénes son los principales comerciantes de armas en el mundo?

Los cinco principales fabricantes de armas del mundo –calificados por la coalición de organizaciones humanitarias y pacifistas como los "peores culpables”– son también los países más poderosos de la ONU, con facultad de veto sobre las decisiones de su Consejo de Seguridad: China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia. España ocupa el octavo puesto como país vendedor de armas (Centre d'Estudis per la Pau J.M. Delàs - Justícia i Pau, 2009).


Para finalizar, un pequeño vídeo ilustrativo del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, con Sean Penn:


Posted on jueves, diciembre 03, 2009 by Roberto Salinas Yasuda

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martes, 1 de diciembre de 2009

Acabar con el hambre en el mundo
“Sé, que lo imposible se puede lograr
que la tristeza algún día se irá
y así será, la vida cambia y cambiará”
Diego Torres

¿Por qué todos los días mueren de hambre –seguramente de dolor también ante la mirada impasible de quienes han originado su muerte– y están sub-alimentados millones de niños, niñas, mujeres, hombres, ancianos y ancianas en el mundo?



Quizás la respuesta a esta pregunta pueda resultar escalofriantemente más sencilla de lo que a muchas personas les cabría esperar y, por lo tanto, muy lejos de intrincadas elucubraciones o de formulas inabordables de entender por su complejidad. Más aun, algunas personas podrían llegar a estimar que como es un problema tan “complejo” entonces no cabría nada más que aceptar esta condición prácticamente endémica de la humanidad, como una cruel fatalidad que nunca podría ser cambiada.

El hambre en el mundo no es una casualidad, todo lo contrario, el hambre en el mundo se encuentra perfectamente organizada. Así de claro lo manifiesta Jean Ziegler, relator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentaciónen en su ensayo “El Imperio de la Vergüenza”. Asimismo, enfatiza Ziegler, son la Deuda y el Hambre las autenticas armas de destrucción masivas de este planeta, que afectan a miles de millones de personas este fin de primera década del siglo XXI.

También Ziegler nos recuerda que:
• “Las 255 fortunas privadas más importantes del mundo…equivalen a la renta anual acumulada de los 2.500 millones de personas más pobres del planeta, es decir, el 40% de la población mundial”.
• “Quien muere de hambre es víctima de un asesinato”.
• “Se produce entonces una regresión: el gladiador se convierte en la figura emblemática del modelo social dominante. El fuerte tiene la razón, el débil está equivocado”.
Otras obras del mismo autor, como “El libro negro del capitalismo" (2002) o "Los nuevos amos del mundo y aquellos que se les resisten" (2004), también pueden servir de referencia para una mejor comprensión de la pregunta planteada.

Entonces, la respuesta al hambre en el mundo no sólo sería escalofriante sino también terrorífica, ya que en realidad –todo indica que así es– se encuentra perfectamente organizada.

Posted on martes, diciembre 01, 2009 by Roberto Salinas Yasuda

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