La Democracia ¿Realmente Goza de Buena Salud?

La democracia, así como la libertad, nunca es regalada, se conquista y es necesario luchar por ella.

Si un político me dice que todo marcha bien y que estamos caminando por una senda de progreso, bienestar y democracia, rápidamente volteo a ver si aun está mi billetera en mi bolsillo.

Wikileaks desveló esta semana que EE UU permitió torturas sistemáticas en Irak, con “la filtración de casi 400.000 documentos”, lo que “ofrece por primera vez una cifra oficial de víctimas: 109.000 muertos entre 2003 y 2009, un 63% de ellos, civiles”, afirma el periódico El País de España en su titular del sábado 23 de octubre de 2010. Además, agrega, “la cúpula militar estadounidense dejó sin investigar cientos de informes que denunciaban abusos”. Extensos reportajes salieron este mismo día en los dos periódicos más leídos en habla inglesa: The New York Times y The Guardian. También en el francés Le Monde.

¿Cuándo pensaban entregar esta información a la sociedad civil los políticos de turno? Supuestamente, en una democracia debiésemos estar todos muy bien informados para tomar decisiones, pero ¿realmente a las mayores democracias de occidente les interesa que sus ciudadanos estén bien informados, o sólo les interesa brindar una información parcial y a la justa conveniencia del momento? Las respuestas parecen ser obvias, por lo que estas preguntas no buscan más que reflexionar acerca de cuánta información se nos oculta y de lo poco que realmente llegamos a conocer. Por ello afirmo que la democracia no está ganada y, al igual que la libertad, resulta necesario luchar por ella, ya que nadie nos la regalará, aunque sí nos la intentarán disfrazar de las más diversas maneras imaginables. Incluso nos invitarán a votar -como para que todo luzca aceptable- sin que nadie, al parecer, haya reparado en que solamente la mitad o menos de la mitad de la población de Europa acude a las urnas.

¿El hambre en el mundo se origina solamente por ineficiencias o falta de inversión? ¿Cuál es el objetivo principal de las mayores democracias del mundo? ¿Acabar con el hambre, mejorar la salud, aumentar y mejorar la educación? Entonces acudo al análisis empresarial, como el de cualquier empresa, para ver qué es lo que más venden las mayores potencias económicas del planeta. La mayor industria del mundo, lamentablemente, no es la automovilística, sino la armamentista. Así, este mismo 23 de octubre, en otro titular del mismo periódico The Guardian, se indica que los Estados Unidos, a través de su Secretaria de Estado, Hillary Clinton, ofrece un acuerdo de venta de armas a Pakistán por 2 mil millones de dólares para “luchar contra los talibanes y Al-Qaeda”.

Sí, los talibanes y Al-Qaeda son un problema de difícil aproximación, pero, francamente, qué pasaría si se consiguiese la paz en Pakistan, Afganistan y en Oriente Medio. En fin, si se acabasen las guerras de mayor envergadura ¿Estarían dispuestas las mayores potencias del planeta a dejar uno de sus negocios más lucrativos? Por otra parte ¿es conveniente realmente encontrar a Osama bin Laden o es mejor que siga permaneciendo como un enemigo oculto a quién combatir? Por cierto, un Osama que en algún momento fue entrenado y financiado por la CIA (al menos hasta donde sabemos).

Este blog nació con la intención de contribuir con ideas para acabar con el hambre en el mundo, pero una y otra vez me vuelvo a dar de bruces con la misma problemática: el negocio de la venta de armas, sumado a la extrema debilidad de la democracia en la que nos encontramos, me han parecido escollos francamente relevantes que dificultan acabar con el hambre en el mundo.

¿Por qué la llamada “mayor democracia del mundo”, los Estados Unidos de Norteamérica, tiene tan estrechos lazos con Arabia Saudí, dónde la democracia es, nunca mejor dicho, casi un espejismo? ¿Qué pasaría si en Oriente Medio hubiese democracias soberanas? Recordemos que “gracias” a la guerra en Irak han podido retornar cerca de 40 empresas ligadas al petróleo, con las Norteamericanas e Inglesas logrando contratos de gran envergadura. Vale decir, guerra, venta de armas y petróleo. Todo perfectamente recubierto bajo una piel de “democracia”, con sus correspondientes parlamentos y ciudadanos que supuestamente están bien informados y que deciden como pueblos soberanos (¿en tan "madura" democracia serían impensables títeres y titiriteros, no?).


Para acabar con el hambre en el mundo, no deben ser tomados a la ligera temas como la guerra, la venta de armas y la debilidad de la democracia, muy por el contrario, estos son temas cruciales que se encuentran en el origen del hambre y la escasez también. Así las cosas, hay negocios muchísimo más lucrativos que acabar con el hambre en el mundo y eso, tristemente, lo constatamos cada día con la muerte de miles de personas por falta de alimentos, una bofetada cruel de desprecio por la vida que no deja de golpearnos.

A continuación. Un vídeo de regalo.