La nueva conciencia...

¿Por qué existe realmente el hambre en el mundo?

¿Por qué se produce esta muerte lenta y silenciosa en nuestra casa, en nuestro planeta, sin que nadie diga o haga algo realmente significativo y eficaz para acabar con esta realidad?

Tal vez simplemente porque no afecta a nuestras conciencias. De este modo, podemos continuar trabajando, enviar a nuestros hijos al colegio, traer la compra del supermercado, preocuparnos de nuestras mascotas, de nuestras plantas  y, sin duda, todo ello estará bien y sera un momento feliz y de agrado, aunque nada habrá cambiado sobre el hambre en el mundo.

Para acabar con el hambre en el mundo es necesario un cambio de conciencia planetaria, nada más -y nada menos-. Sino, seguirán muriendo año tas año niños inocentes, niñas sumidas en la desesperanza, mayores que lamentarán este tránsito final, por la falta de amor en este mundo.

Usted y yo construimos este planeta y su realidad día tras día, y si nuestra conciencia se complace más bien con una mirada interior hacia nosotros y nuestro bienestar, olvidando por completo las necesidades de otras personas en nuestro planeta, quiere decir que debemos evolucionar hacia una nueva conciencia que se dirija en la dirección del amor, ese que hace que amemos a nuestros semejantes aunque no sepamos nada de ellos, confiados en la esencia de luz que reside en cada ser de nuestro planeta.

Para acabar con el hambre en el mundo es necesario caminar hacia la conciencia del amor. Quiero decir, al gesto cotidiano de mirar a la otra persona y reconocer en ella a un ser humano completamente semejante, a pesar de las diferencias de color en la piel o de la lengua en que se hable. Para acabar con el hambre en el mundo es necesario ser amables con nuestros semejantes y que ese amor sea el precursor del cambio hacia una nueva conciencia, en donde sí nos importe que alguien esté padeciendo hambre en el mundo y sí, sinceramente -bien seamos un Gobierno, una ONG o una determinada población-, actuemos desde el amor y la fraternidad para que realmente se mejoren las condiciones y oportunidades de vida de las personas afectadas.

Nada es imposible. Solo debemos cambiar nuestra conciencia. Ser conscientes que lo que está ocurriendo nosotros también lo estamos permitiendo, porque nuestra conciencia no se opone.

Como seguramente no podemos llegar allá lejos, donde las personas que nos necesitan, entonces debemos comenzar por lo más próximo, el desconocido de cualquier parte, tan semejante a usted y a mi en el fondo, que merece, al igual que usted, ser bien tratado.